La motivación despierta la acción, la sostiene en una determinada dirección y le da persisten¬cia.
Al vigorizar la conducta, las motivaciones desempeñan una función importante en la vida.
Las motivaciones se clasifican frecuentemente teniendo en cuenta su origen en:
- Fisiológicas: sed y hambre eliminación respiración cansancio y sueño sexualidad
- Psicológicas: seguridad aprobación relaciones interpersonales amor aspiraciones actitudes, intereses y valores
Si bien algunas de estas motivaciones tienen su fundamento en instintos o necesidades, sin embargo, su manifestación es aprendida. Por ejemplo, por necesidad comemos, pero el hacerlo de una forma u otra, a unas determinadas horas, es aprendido.
La importancia que tienen para vigorizar la conducta depende de factores educativos y so-ciales. En general damos importancia a aquellas motivaciones que la educación o la sociedad nos ha hecho estimar y tener en consideración.
Por esta razón es tan importante el aprender motivaciones que realmente sean significativas para la conducta y la impulsen a buscar la superación en los diversos planos de la vida humana:
vegetativo, psicológico, moral, ético, cultural y social, y que den persistencia para lograr objeti-vos a largo plazo que superen las simples conductas inmediatas.
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Entre los factores importantes para el aprendizaje de motivaciones se encuentran:
1. La educación artística:
Motiva al hombre a superar los valores técnicos y pragmáticos utilitarios, y le im-pulsa a valorar la buena forma, el color, la proporción, la textura de las cosas, a crear nuevas formas de expresión, a cultivar el espíritu en forma integral.
El arte es, además, un medio de comunicar los sentimientos y vivencias. Eleva el es¬piritu impulsándole a superar la simple consideración material de las cosas.
2. La moral:
La formación moral ofrece patrones de conducta, que regulan las relaciones perso-nales y comunitarias teniendo en cuenta los derechos y las obligaciones.
Hace superar las simples consideraciones personales, para tener en cuenta a los de¬más y buscar el beneficio de todos.
3. La religión:
Proporciona trascendencia tanto a las motivaciones como a la conducta, dándoles un sentido más profundo y elevado.
4. La socialización:
La vida del hombre se desarrolla dentro de sociedades y grupos con valores, intereses y condicionamientos propios. Esta situación hace que el individuo aprenda las motivaciones de su grupo, adopte sus metas, se vea impulsado por sus incentivos y niveles de aspiración y tienda a efectuar lo que el grupo o la sociedad acepta, y a evitar lo que reprueba.
Conviene advertir que no siempre el proceso de socialización es positivo, ya que a veces destruye auténticas motivaciones por otras carentes de valor en una concepción humana integral.